Vitoria revive la Batalla más épica

 

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Europa probablemente sería hoy algo muy distinto si el ejército aliado no hubiese vencido a las tropas napoleónicas aquel 21 de junio de 1813. Fue una batalla que tuvo lugar en la Llanada Alavesa y que duró poco más de 12 horas. Los invasores franceses, que habían ido perdiendo terreno desde 1809 estaban mermados y su único objetivo era mantener la conexión del norte de la Península con Francia. Vitoria era para ello un punto clave. Sin embargo, la estrategia puesta en marcha por el Duque de Wellington permitió a los aliados tomar Vitoria con relativa rapidez, aunque no evitó un número importante de bajas en las filas aliadas.

Este viernes se cumplirán dos siglos de aquel enfrentamiento y Álava lo quiere conmemorar a lo grande, con numerosas actividades organizadas para retroceder doscientos años en la historia. Conciertos, teatro, exposiciones y charlas para recordar que, aquel día, Vitoria fue la capital del Mundo.

136.000 militares lucharon ese 21 de junio de 1813 en la Llanada Alavesa: 58.000 franceses y 78.000 aliados. La superioridad aliada fue evidente desde el principio. El ejército napoleónico se tuvo que desdoblar al ver cómo, en fechas previas a la Batalla de Vitoria, los aliados intentaban entrar también por Navarra y Bizkaia.

Pese a ello, José Bonaparte se mantuvo en Vitoria, desde donde dirigía las operaciones. Apostados al oeste de Vitoria, las tropas francesas esperaron el primer ataque a la altura de La Puebla de Arganzón. Desde allí los aliados fueron avanzando alrededor del Zadorra. Porque Wellington había planeado el ataque por la retaguardia y el bloqueo de los franceses en su huida hacia Francia.

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La victoria aliada tuvo un importante eco en toda Europa: permitió además devolver la corona a Fernando VII y acabó con las pretensiones imperialistas de Napoleón. Tal fue la magnitud histórica del acontecimiento que hasta Beethoven compuso una obra en homenaje a esta Batalla.En menos de un día se cumplió la estrategia de Wellington, mientras José Bonaparte abandonaba huyendo la provincia. En el camino los franceses abandonaron parte de lo saqueado y robado durante su estancia en España. Obras y joyas recuperadas por los aliados. Mientras tanto, el General Álava cruzaba las puertas de Vitoria para poner orden y evitar los saqueos que se habían producido en otras ciudades del entorno. El General fue considerado el héroe local y la ciudad le regaló una impresionante espada.

Monumento a la Batalla de Vitoria

Monumento a la Batalla de Vitoria

Monumento a la Batalla de Vitoria

Fue en 1913, un siglo después de la Batalla, cuando se decidió erigir un monumento para recordar esta fecha. En 1917 concluía la construcción de la escultura de Gonzalo Borrás, ubicada en la Virgen Blanca, y que se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad. Vitorianos y visitantes aún centran sus focos en un monumento estructurado en tres pisos y que se erigió para conmemorar el centenario de esta hazaña. Una composición con gran realismo, pero también son mucho simbolismo.

En lo más alto de la escultura se puede apreciar un león que representa al ejército aliado y que pisa con sus garras el águila napoleónica. Junto a ellos, un hombre porta en sus manos unas cadenas que acaba de romper: Es el pueblo vitoriano dando a entender que con la victoria aliada ha llegado la libertad. Por encima de todo dos mujeres: una es la Victoria y otra la Patria, que consuela al hombre de las cadenas, el Pueblo.

En el segundo piso el protagonismo es para el Duque de Wellington y para todas las naciones aliadas que participaron en la contienda. Los escudos de los vencedores se observan en el monumento, así como cañones, armas y soldados.

En la parte inferior se encuentra, presidiendo la escena, el General Álava con su espada, recibido a caballo por el pueblo de Vitoria. En la parte trasera se representa la huida de los franceses, encabezados por José Bonaparte y cubiertos por Marte, el Dios Romano de la Guerra representado con un casco romano. A los laterales se representan diversas imágenes, con un enorme realismo y sujetas a numerosas interpretaciones: además del tesoro que los franceses olvidaron en su huida, puede que una de las figuras sea la de la Marquesa de Montehermoso, amante de José Bonaparte. La observación de cada uno dirá qué representa exactamente cada escena.

Llévate ahora tu reproducción del monumento a la Batalla de Vitoria, la medalla u otros artículos conmemorativos.

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